07 abril 2006

Vivir como si fuera el último día.


Es curioso como puede cambiar nuestra vida cuando hemos corrido el riesgo a perderla.
Estar al borde de la muerte, o ver que nuestra vida puede ser más frágil y en unas milésimas de segundo comprobar que podemos perderla.
La muerte está ahí, igual que la vida también hay muerte. Siempre me he creído inmortal, que mi alma y mi espíritu siempre van a durar, puede ser o no ser, pero lo cierto es que cada segundo de nuestra vida es irrepetible. Cada conversación con cada persona puede ser la última, si apreciáramos las cosas como si fuera la única vez que lo experimentáramos, esto recobraría la importancia como jamás la había tenido, y nuestro espíritu recobra vida.
A todos nos pasa que cuando nos dicen que va a ocurrir un eclipse de sol especial que puede que solo lo veas una vez en tu vida. Todo el mundo se moviliza para verlo, atentos y con una gran expectación aprovechando para ver el gran acontecimiento. Nos quedamos asombrados viéndolo. Pero sin embargo nos dicen que al día siguiente tan bien lo vamos a ver, entonces ya no es lo mismo, pasamos de verlo.
No hay garantías de permanencia en nada, pero en esta aventura de la vida, que vivimos cada día, debemos por nuestro bien apreciar todo cuanto existe, todo lo que sentimos, vemos, hablamos, reímos y disfrutamos. En la vida estamos de paso y nos perdemos muchas cosas intentando resolver o buscar cosas que no tienen importancia. Buscando tener lo que no tenemos, tratando de compensar nuestras carencias. Sean cuales sean nuestros defectos que creemos tener, son más las grandes cualidades que poseemos. Si perdiéramos un dedo de la mano seguro que lo apreciaríamos más, porque es cuando somos concientes que lo necesitábamos.
Tal vez lo que faltaría sería apreciar cada parte de nuestro cuerpo, cada parte de nuestra alma, cada parte de nuestra mente, y cada célula de nuestro cuerpo sin necesidad de perderlo para darnos cuenta de lo que tenemos. Ni esperar a que alguien de fuera nos valore lo que tenemos para apreciarlo nosotros también.

Un ejercicio:-D
Mira tu cuerpo, tócalo suavemente como si nunca lo hubieses visto, mira tu mano, como se mueve, mira tus pies, tómate todo el tiempo que quieras. Siéntelo, tienes un gran tesoro, tal vez no lo hayas visto nunca.


Escrito: 7 abril 2006 Mercedes RM

1 comentario:

miguel dijo...

es un buen concejo para disfrutar la vida y no amargarse por cosas pequeñas